🛐🙏 Curas abusadores en Bahía Blanca: silencios, vergüenzas, culpas y ausencias
Las víctimas suelen ser menores. Y denunciar se hace difícil.
En la cara veinteañera de Juan Cuatrecasas se ve clarita la bronca.
Y más clarita se ve la vergüenza.
Y bastante más clarita se ve la pena: cuando baja la mirada, cuando se quiebra, cuando parece que no podrá seguir contándole al Papa Francisco cómo a los 11 años fue abusado sexualmente por un cura del Opus Dei en un colegio de Bilbao, España.
Juan se quiebra, y tarda 4 minutos y 47 segundos pero finalmente hace su planteo. Y el Papa le contesta:
—Estos casos de abusos de menores no prescriben. En la Iglesia, al menos. Y si por los años prescriben, yo levanto la proscripción automáticamente. No quiero que esto prescriba nunca. Es un drama el del abuso de los menores. No sólo en la Iglesia, sino en todas partes. En la Iglesia es más escandaloso, porque donde precisamente tenés que cuidar a la gente, la destruís.
¿Y qué pasa acá, en nuestra Bahía a veces no tan blanca pero bastante católica?
🛐 Bueno: al menos, así se moldeó la ciudad: es la religión predominante y las instituciones más poderosas que nos rodean conservan un fuerte arraigo eclesiástico. Como la Armada y el Ejército, por ejemplo. O lo que fue La Nueva Provincia durante más de un siglo.
En la era Massot del diario, directamente se evitaba publicar cualquier cosa que pudiera dañar a la Iglesia. La mayoría de las veces era por miedo y autocensura: por ser más massotistas que los Massot.
Sin ningún condicionamiento más que hacer periodismo, acá en 8000 llevamos meses poniendo la lupa sobre este tema: qué pasa en Bahía con los abusos eclesiásticos.
Aquella escena de Juan y el Papa forma parte del documental Amén. Francisco responde, que se estrenó el 5 de abril de este año y muestra a 10 jóvenes que le trasladan sus inquietudes a Jorge Bergoglio.
—El abusador o la abusadora destruyen a un chico. Y si es una persona de Iglesia, es una hipocresía y una doble vida horrorosa, ¿no? —dice el Papa—. La política es limpiar. Que venga la denuncia y limpiamos. Tolerancia cero: esa es la política de la Iglesia.
En 2016 bajó la orden, como respuesta a los reclamos de víctimas y familiares.
—La cultura del abuso está por todos lados, lamentablemente —añade Francisco—. La Iglesia está tratando de que sus curas y sus monjas no abusen.
Palabra clave: tratando.
El escándalo de los sacerdotes católicos pederastas estalló en 2002, cuando el equipo de investigación del diario Boston Globe reveló un esquema dantesco: los curas abusaban de menores y la Iglesia se enteraba, pero toleraba, encubría y relocalizaba a esas bestias, que empezaban a abusar en otra parte. Y así.
Una fuente clave de ese trabajo periodístico fue Richard Sipe, un exsacerdote que se dedicaba a la rehabilitación de curas abusadores. Escribió 6 libros y según sus estudios, el 6% de los clérigos eran abusadores.
Pero los reporteros del Boston Globe descubrieron un panorama aún peor: había unos 200 abusadores en una diócesis de 2.200 curas. Es decir: alrededor del 10%. Y tras la publicación, surgieron más víctimas y se judicializaron 249 casos.
Esta investigación provocó un efecto dominó a nivel mundial: aparecieron curas abusadores por todos lados. Hay una película extraordinaria al respecto: salió en 2015, se llama Spotlight y ganó el Oscar.
En Argentina, el caso más emblemático es el de Julio César Grassi, líder de la fundación ignominiosamente bautizada Felices los Niños. Grassi fue denunciado por primera vez en 1991 y recién 22 años después quedó detenido…
Bueno, ¿y qué pasa acá?
Acá tenemos, incluyendo Cerri, White y Cabildo, 30 clérigos católicos: 22 son sacerdotes y 8, diáconos (no ordenados).
¿Tenemos entonces algún abusador en Bahía Blanca?
Abundan los rumores, pero el único caso denunciado (y público) es el del padre barnabita Mauro Henrique Cantanhede Ferreira, un brasileño que era el párroco de San Roque cuando en 2019 una mujer lo acusó de haberla obligado a practicarle sexo oral.
Poco después, otra mujer que se confesaba con Mauro lo señaló por abuso y amenazas: “Me regaló bombachas y me pedía fotos”.
El cura fue suspendido. Pero la causa acaba de ser archivada, como te contamos el viernes: según la Justicia, no hay pruebas suficientes para determinar si es culpable o no.
¿Y entonces? ¿Justo acá tenemos un extraordinario 0% entre 30 clérigos? ¿Ninguno comete abusos sexuales?
—Lamentablemente, no puedo decir que no sucede —nos comenta Verónica Orio, canciller del Arzobispado bahiense.
Lo que sucede es que no hay denuncias.
8000 verificó en las fuentes disponibles:
⚖️ Justicia: “El sistema no trabaja por ocupación de víctima ni victimario, sólo por delito”, nos indicaron en Fiscalía. O sea: para conocer si existe alguna denuncia por abuso contra un cura hay que ver causa por causa…
🙏 Iglesia católica: en los últimos 6 años, sólo se registró la acusación contra el padre Mauro, según nos confirma Orio, que es la encargada de recibir las denuncias junto con el padre César Cardozo.
🔎 Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina: aún no hay nada de Bahía Blanca, nos asegura la psicóloga Liliana Rodríguez, integrante de la entidad.
En Amén, el Papa le dice a Juan, el chico español abusado:
—Yo te agradezco la valentía de haberlo denunciado, porque hace falta tener pantalones para denunciar esto. No es fácil, porque los condicionamientos sociales son muy grandes.
Tiene toda la razón el Sumo Pontífice: es jodido denunciar al mediador entre Dios y los terrenales. El cura tiene mucho poder sobre su rebaño, que tiende a confiarle. Además, las víctimas suelen ser menores y callan por miedo, por vergüenza, por culpa.
De acuerdo con la psicóloga Rodríguez, a veces en la Red de Sobrevivientes aparecen testimonios de personas adultas que se animan a hablar cuando sus padres mueren o cuando tienen sus propios hijos.
Pero sobre todo ocurre que la Iglesia no te facilita las cosas.
Es verdad que (por la orden de Francisco) acá en Bahía hay gente designada para recibir denuncias. Pero…
🤨 No se promociona mucho que digamos. ¿Habías oído hablar de esto? ¿Viste alguna mención en los avisos parroquiales? Durante la semana, 8000 visitó 3 iglesias al azar (la Catedral, San Luis Gonzaga y San Roque) y no vimos ni un cartelito hecho a mano…
🙄 ¡Ni siquiera les dicen “abusos” y “denuncias”! En el sitio oficial de la Arquidiócesis colocaron un aviso (debajo del enlace para donar…) que se arrodilla ante los eufemismos “protección de menores” y “recepción de informes”. Mirá:
Sólo cliqueando ahí llegás a una nota y al final hay un correo electrónico y un celular.
En fin. Lo cierto es que si tenés un vínculo más o menos estrecho con el esquema católico bahiense, quizá alguna vez escuchaste que tal hizo tal cosa. O algo por el estilo.
De ahí no pasa, pero. Las vergüenzas y ciertos delitos se guardan. Y prácticamente no se habla de esto, ni en los medios ni en las mesas familiares.
Sin embargo, hay que hacerlo. Hay que hablar y hay que denunciar, aunque duela tantísimo.
Porque se trata de depredadores conscientes y recurrentes.
Porque las víctimas casi siempre son menores y vulnerables.
Y porque si no hacemos algo, la impunidad se torna eterna como el Señor.
Si sabés algo, por favor denunciá:
en la Comisaría de la Mujer y la Familia: Beruti 664, 2915275998;
en la Fiscalía: Moreno 25, o enviando un correo a denunciasbahiablanca@mpba.gov.ar;
en el Arzobispado: Colón 164, 2915238995 o por email a recepcioninformes.bahiablanca@gmail.com;
en la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina: por Facebook o por correo a red.sobrevivientesargentina@gmail.com.
Y si no te sentís cómodo haciendo la denuncia pero querés aportar tu testimonio para ayudar a otros, podés charlar con nosotros. Te garantizamos total respeto y absoluta discreción:
Twitter (tenemos los DM abiertos)
Hagamos algo, por el amor de Dios.
Textos y edición general: Abel Escudero Zadrayec
Producción, entrevistas y textos: Belén Uriarte
Producción y edición: Tato Vallejos
Fotos: Eugenio V.
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El resto de nuestro informe especial sobre abusos eclesiásticos: